Día de otoño
 
Señor: es hora. Largo fue el verano. 
Pon tu sombra en los relojes solares, 
y suelta los vientos por las llanuras. 
Haz que sazonen los últimos frutos; 
concédeles dos días más del sur, 
úrgeles a su madurez y mete 
en el vino espeso el postrer dulzor. 
No hará casa el que ahora no la tiene, 
el que ahora está solo lo estará siempre, 
velará, leerá, escribirá largas cartas, 
y deambulará por las avenidas, 
inquieto como el rodar de las hojas.
R.M.Rilke
 
       
		
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