III
Espejos: hasta ahora nunca, con certeza,
se ha descrito qué es lo que en esencia sois.
Vosotros, que parecéis intervalos de tiempo
llenos de múltiples agujeros de cribas.
Vosotros, derrochadores aún de la sala vacía,
vastos como las selvas, cuando llega el crepúsculo...
Y la araña de luces atraviesa como un ciervo
de dieciséis cuernos vuestro ser impenetrable.
A veces estáis llenos de pinturas.
Algunas parecen haber entrado ya en vosotros;
otras las dejasteis pasar tímidamente.
Pero la más hermosa permanecerá...
hasta que, al otro lado, el claro Narciso liberado
irrumpa en sus mejillas virginales.
R.M. Rilke, Sonetos a Orfeo
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