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La historia interminable II

Día de la Filosofía

Día de la Filosofía

        Es incontable el número de veces que se ha declarado rotundamente la defunción de la filosofía. Por su inutilidad, por su anacronismo, por su complejidad… ¿Para qué queremos la filosofía, ese producto cultural nacido del pensar racional y libre del ser humano, si ya tenemos la ciencia para decirnos cómo es la realidad, la tecnología para manipularla, la ideología para dotarla de sentido? Y sin embargo… ¿Qué lugar queda para la sospecha? ¿Quién se mantendrá permanentemente insomne si todo lo anterior cae en el letargo de la autocomplacencia?


        Porque siempre hay una idea que nadie ha pensado aún, y siempre habrá alguien cuya mente indagadora acabe por alumbrarla, ofreciéndola a los demás para profundizar en la comprensión de las cosas y de nosotros mismos, la filosofía, siempre insatisfecha por intrínsecamente humana, seguirá buscando en el abismo insondable de la razón.


        Y vendrán ministros torpes que querrán acabar con ella por decreto, como el nuestro actual; pero eso no impedirá que se siga filosofando en las instituciones de enseñanza, en los bares, escribiendo sesudos libros o dialogando con amigos y amantes, en situaciones de penuria o en dichosos encuentros plenos de intensidad y belleza. Son ya más de dos mil quinientos años de ideas del ser humano para el ser humano, que le han proporcionado ciencia y ética, y que le han conducido a transformaciones sociales, económicas y políticas, apartándole de la ignorancia, la superstición y la sumisión.


        En el expositor del vestíbulo de entrada a la biblioteca, tenéis unas pocas plasmaciones materiales de todo lo anterior. Libros clásicos, como los de Platón, el gran filósofo ateniense de hace veinticinco siglos pero de absoluta actualidad; suya es la advertencia de que siempre habrá injusticia si el que gobierna no es un hombre sabio. Junto a él, Friedrich Nietzsche, el filósofo alemán que alumbra el siglo XX con un mensaje radical que aboga por que el ser humano crezca aceptándose de una vez por todas como realmente es. Ludwig Wittgenstein, desaparecido hace medio siglo, es el filósofo del lenguaje, el que nos hace conscientes de que somos palabras. Y está nuestro Fernando Savater, seguramente el mejor divulgador de la filosofía en lengua castellana de la actualidad.

 

José Mª Agüera

1 comentario

Inmaculada Gutiérrez López -

Un vídeo ( http://www.youtube.com/watch?v=SDmsVs-YzxA) y otro texto también muy iluminador (https://www.dropbox.com/s/wmx4xjoqj93aabf/Por_la_Filosofia_Mayorga_.pdf)