Mejor un buen libro que un partido
Uno es de Madrid. Otro de Barcelona. Ambos trabajan en Sevilla como entrenadores, del Betis y del Cajasol. Uno en el fútbol y otro en el baloncesto. Pepe Mel (Madrid, 1963) llevó al equipo verdiblanco a Primera. Joan Plaza (Barcelona, 1963) entrenó al Real Madrid, con el que ganó la Liga ACB y la Copa ULEB en 2007, y ahora dirige al Cajasol. Ambos han sentido la pasión de escribir. Mel acaba de vivir su estreno literario con la publicación de El Mentiroso, una novela que mezcla las grandes aficiones de este entrenador cuando se olvida del fútbol: historia, misterio y literatura. Joan Plaza escribió y presentó en 2009 en castellano Las Mantas de Angelina, novela que tiene como protagonista a una madre de familia. Además, Plaza ha escrito algunos cuentos y el guion de un documental con motivo del 25º aniversario de la ACB.
Ambos tienen una excelente relación. En Madrid, resultaba bastante común que Mel acudiera a los entrenamientos de Plaza. Entonces era entrenador del Rayo. Esa amistad ha recuperado todo su vigor en Sevilla. Plaza estuvo con su amigo en la presentación de El Mentiroso y hablaron para este diario de la pasión que les une, la literatura.
"Nos conocemos bien de nuestra época en Madrid. Joan me parece un tío muy preparado, muy trabajador. No sé en su caso de dónde le vino la pasión por escribir. Yo me evadía de niño con los libros de Alejandro Dumas, de Julio Verne, de Emilio Salgari... Me gusta la historia, el misterio, la arqueología, y he tenido la suerte de plasmarlo todo en mi libro", explica Mel. "Mi pasión por escribir comenzó porque quería plasmar sentimientos. Empecé a redactar una recopilación de cuentos y al final se plasmó en un libro", replica Plaza, que se ruboriza cuando un aficionado le llama don Plaza. "Es que así me trataban en mi anterior trabajo". Además de entrenador y escritor, es funcionario de prisiones.
"A mí no me va tanto la historia como a Pepe. Lo que pretendo al escribir es despertar inquietudes. Se trata de una propuesta a la gente para que haga las cosas que no se atreve a hacer. Escribía cuentos y al final me salió un libro. La gente debe hacer lo que desea", proclama Plaza.
En lo que sí coinciden ambos es en que la literatura les permite una intimidad satisfactoria y placentera. "Escribir me proporciona serenidad para tener la cabeza clara y tomar decisiones, además de hacer algo personal que me llena", dice Mel, mientras que Plaza da un paso más al mostrarse un férreo defensor del espacio íntimo de la escritura: "Es mi espacio, mi rincón. El lugar donde nadie puede intervenir. Escribir me evade de un mundo diametralmente opuesto a lo que siento, estoy a solas con mis personajes y disfruto. El baloncesto acapara mucho y necesito escribir para asimilar lo que me rodea".
"Es que cuanto más lees, más te instruyes; cuanto más escribes, más te formas. Adquieres valores y conocimientos que son útiles al enfrentarte a gente muy joven. Considero que somos una especie de guía para ellos. No sé si a ti te pasa lo mismo, Joan", inquiere Mel a su colega. "Tanto tú como yo tenemos que buscar respuestas para los jugadores, en un partido, a su inicio, en el desarrollo... Puede sonar cursi, pero leer y haber escrito un libro me ayuda a sortear situaciones complicadas con mis jugadores", responde.
"Lo que pasa es que no es fácil estimular a los jugadores con citas o pasajes literarios. Un vestuario de fútbol es un vestuario de fútbol, aunque es cierto que buena parte de mis jugadores tiene estudios y se preparan para un futuro sin fútbol", añade el entrenador del Betis, quien no obstante es partidario de incentivar continuamente a sus jugadores con mensajes que lleva a cabo la psicóloga de la primera plantilla, Patricia Ramírez.
Entrenadores de la misma generación, ambos sienten atracción por la literatura de la Guerra Civil. "Ahora me ha dado por leer libros sobre aquella época", reconoce Mel; "títulos como El tiempo entre costuras de María Dueñas o Dime quién soy, de Julia Navarro, libros muy buenos de escritoras españolas muy buenas". "Es curioso, pero a mí me sedujo un libro sobre esa triste guerra que me llevó a intentar saber mucho más de esa época. Corazón helado, de Almudena Grandes, me cautivó", añade Plaza. "Pues ya que has citado un libro, a mí me impactó El nombre de la rosa porque era joven cuando salió y porque une algunos de los temas que a mí me gustan: la historia, los pergaminos, la Edad Media...", reseña Mel. "Mi pasión literaria se encendió con las autobiografías. Me interesaba la experiencia de personas que poco antes de morir son capaces de escribir su vida".
Mientras el Cajasol vive con tranquilidad en la Liga Endesa y el Betis en Primera, los dos entrenadores no tienen duda a la hora de elegir entre un buen partido o un buen libro. "Con tanto hotel, con tanto viaje, siempre un libro. El fútbol es mi profesión, veo fútbol por obligación, pero prefiero un buen libro para mi placer personal. Es curioso, en los hoteles me meto en la habitación y no paro de escribir. Entre tanta escritura y tanta lectura me salen las tácticas del partido", dice el entrenador del Betis, quien ya trabaja en su próximo libro, que tendrá como escenario la Sevilla del siglo XVII. Plaza coincide: "Nos absorbe tanto nuestro trabajo que ver baloncesto, y mucho, es parte del mismo. Yo disfruto con un libro en un parque, cerca del mar...".
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